Grandes leyendas del pádel: Alejandro "Mago Sanz"

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Por su inmenso talento y genialidad se ganó el apodo de “el Mago”.

Me refiero a Alejandro Sanz (6/11/1967 Buenos Aires).

Diferente e imaginativo en la pista, con un juego vistoso, alegre, ofensivo e impredecible fue el que cambió un poco la manera de entender este deporte. Fue el primer jugador de pádel “moderno” en la época dorada del pádel argentino. Marcó a toda una generación y todo el mundo coincide en que se trata de uno de los jugadores con más talento que ha dado el pádel.

El “Mago” Sanz empezó jugando al tenis con tan sólo 4 años. Tenía cualidades y le enseñó un gran amigo de su padre. Fue Campeón de tenis sudamericano alevín y cadete y Campeón panamericano de infantiles. En un torneo junior llegó al tercer set con el gran tenista Thomas Muster e incluso compitió en algún torneo del circuito ATP. Guillermo Vilas fue su inspiración cuando era niño.

Sin embargo fue el pádel el que le conquistó en 1986. Jugó en torneos amateur y posteriormente creó el pádel profesional junto con los hermanos Maquirriain, los hermanos Echegaray, Lasaigues, Marcelo Cubas y Álvarez Clementi, entre otros. Ha sido Campeón del Mundo por equipos varias veces, Campeón argentino, sudamericano, panamericano e hispano-americano. Ha ganado más de 20 Campeonatos profesionales y fue Campeón Individual de pádel el único año que se jugó esa modalidad individual.

Se puede decir que fue el inventor de la “dormilona”, uno de sus golpes más sobresalientes y emblemáticos y fue el primero en salir por la puerta para devolver la pelota al juego. La primera vez ocurrió en un torneo en Rosario y el Mago dice que las puertas entonces eran “muy chiquitas”, que el sólo hecho de salir ya por la puerta era una hazaña!

Juan Martín y la llamada del Mago

Ha tenido muchos compañeros a lo largo de su carrera, todos ellos grandes leyendas del pádel: Roby Gattiker, Fernando Belasteguín, Gaby Reca, Martín Echegaray, el Bebe Auguste, Javier Maquirriaín y Juan Martín Díaz, entre otros.

Sí, el Mago Sanz fue quien “adoptó”, en sus inicios, a Juan Martín Díaz. Verlos jugar juntos fue una maravilla. Revolucionaron el pádel. Entendían el juego de la misma manera y, en una época en que el juego era más lento, aburrido y defensivo, verlos a ellos jugar al ataque, tomando riesgos y con un juego alegre e imaginativo, fue un soplo de aire fresco.

Juan Martín Díaz siempre cuenta que el Mago era un ídolo para él y cuando le llamó para que fuera su compañero, con sólo 17 años, fue una ilusión increíble. Le pedimos a Juan que nos escribiera unas líneas recordando al Mago:

“Tengo un grandísimo recuerdo y eso en parte me ha formado como jugador, el tan pequeño jugar con alguien tan grande a todos los niveles te hace crecer de una manera anormal y mucho más rápida.

Tenía un talento increíble. Jugando con él, cada uno tenía su visión. Él era un tipo experimentado que ya venía ganando y tenía su carácter dentro de la pista y yo, un niño, que recién empezaba, también con carácter, que le gustaba hacer lo que quería dentro de la pista también, pero yo me dejaba guiar por él. Para mí, él fue mi espejo, en el que yo miraba un poco lo que yo quería hacer después. Es verdad que él, de cara al público, no era un buen compañero porque gesticulaba, un poco lo que hago yo hoy también de gesticular pero, después, creo que por dentro no somos tan malos. Me asemejo mucho a él, aparte de en juego, yo creo que en carácter también, de ser personas tranquilas fuera de la pista. Dentro parece que estamos regañando a nuestros compañeros, que por un lado es verdad, pero por otro también en el cambio de lado siempre me apoyaba, me decía que no pasaba nada o cuando pegaba un smash mal y no podía sacarla por tres y me vendía, muchas veces me decía que le siguiera pegando y que tuviera confianza en mí.

En los viajes lo pasábamos súper bien, nos gustaban los partidos de fútbol. Me acuerdo de un torneo donde estaba un mundial que creo que era el del año 94, que fue en EEUU creo, y nos quedábamos viendo los partidos de fútbol hasta cualquier hora. Estábamos jugando un torneo en Corrientes, ahí hay una entrevista que está muy linda que nos hicieron a los dos. En los viajes lo pasábamos súper bien. La verdad que es una persona que yo le tuve mucho afecto en ese momento y después, mi cariño sigue hasta el día de hoy, a pesar de no haber tenido una relación activa durante muchísimo tiempo. Pero es un tipo al que yo aprecio y quiero mucho. A pesar de la diferencia de edad, la relación nuestra en la pista no era mala y fuera era excelente. Nos divertíamos, por las noches jugábamos a las cartas entre todos los jugadores y lo pasábamos súper bien. La verdad que tengo un recuerdo de esa época espectacular.”

Os dejamos un video resumen del canal de Pádel Hoy donde están los dos disputando un partido contra Lasaigues-Auguste. Ver resumen

El punto de vista de Calvin

Calvin, que ha entrenado con el Mago y jugado también algún torneo con él, nos ofrece otra visión del Mago y nos cuenta lo siguiente:

“A nivel personal, he tenido mucha relación con el Mago porque he entrenado con él y he tenido la suerte de jugar un par de torneos a su lado. Siempre me ha llamado la atención la manera que tiene de ver las cosas, diferente a la mayoría, y su gran conocimiento del pádel. Recuerdo un partido en el que yo restaba casi siempre tirando un globo. En un punto en el que teníamos bola de break a favor, se me acercó y me dijo: resta por abajo que la va a fallar. Hice lo que me pedía, pero sólo por no desobedecerle, no porque creyera que mi rival iba a fallar la volea. Ante mi sorpresa, sucedió exactamente lo que había dicho el Mago y el rival envió la volea a la red. Estupefacto le pregunté que cómo lo había sabido y me respondió: “era obvio…”.

La verdad es que el Mago Sanz ve cosas y situaciones en una pista que casi nadie más que él es capaz de ver. De ahí su frase favorita cuando entrena: no presupongas lo que va a hacer el rival. Con la mayoría de jugadores se puede presuponer para anticiparte a la jugada, con el Mago nunca, porque muy pocas veces juega golpes lógicos”.

El Mago y su familia

No queremos dejar de reflejar la parte más familiar y humana de este genio del pádel.

Bárbara, su mujer, le describe como una persona tremendamente instintiva, equilibrada, educada, ecuánime y tranquila. Muy bueno con los números, estudió Económicas a la vez que competía. Tiene unos valores familiares muy marcados que le inculcaron unos padres excepcionales. Fiel y padre abnegado con su hijo Fede, con una gran empatía y magnífico educador. Le gusta escuchar el rock americano de los 80 y posiblemente le guste casi más el fútbol que el pádel. Disfruta mucho viendo partidos, especialmente de su querido River Plate, del que es un auténtico fan.

En la actualidad, Alejandro Sanz sigue vinculado al pádel, a través de La Finca, en Madrid, entrenando a parejas profesionales y formando también a jóvenes jugadores en los secretos del pádel, ese deporte que tanto ama y para el que siempre ha tenido un talento especial.

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